Misión y valores

Oikocredit está guiada por el principio de empoderar a las personas. Nuestra experiencia prueba que la manera más efectiva y sostenible de ayudar a las personas que lo necesitan es brindándoles la oportunidad de ayudarse a si mismas.

Nuestra misión

Oikocredit insta a individuos y organizaciones a invertir de manera responsable. Ofrecemos servicios financieros y apoyamos a las organizaciones para mejorar la calidad de vida de las personas o comunidades de bajos ingresos de manera sostenible.

Nuestra visión

Una sociedad global y justa donde los recursos se comparten de manera sostenible y todas las personas están empoderadas y tienen acceso a las oportunidades que necesitan para construir una vida digna.

Nuestros valores

Las personas

En Oikocredit apoyamos a organizaciones que dan oportunidades a personas en dificultad, independientemente de su fe, cultura, edad, o género.

El compartir

Desde Oikocredit ofrecemos una manera de compartir con sentido. La distribución desigual de los recursos, la riqueza y el poder hacen del mundo un lugar de conflictos. Cuando la comunidad global esté preparada para compartir lo que tiene, respetarse mutuamente y trabajar juntos, la justicia y la paz podrán prevalecer.

El espíritu ecuménico

En todo el mundo hay personas creyentes dispuestas a compartir sus recursos. En Oikocredit formamos parte de esa coalición mundial de solidaridad.

Los grupos de base

El desarrollo es más eficaz cuando es participativo y proviene de los grupos de base, del Sur y del Norte. En la cultura cooperativa de Oikocredit la participación e iniciativa de las personas son centrales en las decisiones y actuaciones.

La integridad

El respeto entre personas implica honestidad y confianza. En Oikocredit nos proponemos escuchar con comprensión y tener una comunicación honesta totalmente transparente acerca de todos los parámetros de nuestras políticas.

El medio ambiente

Un ecosistema equilibrado es la base de la vida y, como tal, debe ser conservado. En Oikocredit creemos que solo en un mundo donde los recursos y el poder estén repartidos de forma equitativa es posible que la naturaleza alcance un saludable equilibrio.